Aunque el verano ya ha quedado atrás, aún es habitual ver gente en las playas tostándose el sol y disfrutando del mar. El clima de esta época, sin embargo, es más incierto y conviene tener previstas algunas alternativas por si el día se ensombrece, el viento arrecia o, simplemente, apetece más pasear que tumbarse en la arena. El abanico de alternativas que ofrece Ibiza es muy extenso, pero éstas son nuestras diez propuestas para perderse por la isla en otoño.

1) Las murallas de Eivissa: Declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1999, componen uno de los monumentos más grandiosos y atractivos del Mediterráneo. Su tamaño y perfecta conservación y el patrimonio que encierra Dalt Vila hacen de la fortaleza un enclave de obligada visita.

 

 

2) Parque Natural de Ses Salines: Los estanques de Ses Salines, explotados desde tiempos fenicios, componen uno de los paisajes característicos de la isla. Su entorno, asimismo, integra playas impresionantes, torres de defensa, iglesias encaladas y una flora y fauna únicas. Un lugar mágico para caminar sin rumbo.

 

3) Santa Gertrudis: En las últimas décadas, este pueblo ha acabado convirtiéndose en uno de los puntos más animados de la isla, a lo largo de todo el año. La cantidad de restaurantes y comercios, algunos con productos realmente exclusivos, el entorno peatonal y las terrazas frente a la iglesia componen un espacio único.

 

4) Es Amunts: El extremo norte de Ibiza es el territorio más virgen, con coquetos pueblos, como Sant Joan, Sant Mateu o Sant Llorenç; preciosos llanos de tierra roja, como Corona o el Pla d’Albarca, y una costa abrupta con torres de defensa, elevados acantilados e islotes en el horizonte. Las posibilidades para perderse son infinitas.

 

5)  Puig de Missa: La iglesia fortificada de Santa Eulària, situada sobre es Puig de Missa, compone una de las postales clásicas de la isla. Durante el paseo, se pueden disfrutar las maravillosas vistas de la costa, visitar el Museo de Etnografía o el Centro de interpretación del Río Can Planetes y el puente viejo, a pie de monte, y la propia villa.

 

6) Platges de Comte: Esta preciosa playa, considerada por muchos como la más bella de Ibiza, ofrece uno de los paseos más emocionantes que pueden realizarse por la costa de poniente. Desde la playa, siguiendo los acantilados, llegamos hasta la Torre d’en Rovira, descubriendo por el camino rincones marineros e innumerables islotes.

 

7) Sa Talaia: Subir a pie a Sa Talaia, el monte más elevado de la isla, es toda una experiencia. La ruta arranca en Sant Josep y no representa grandes dificultades. Sin embargo, permite disfrutar de una panorámica excepcional de la costa y los islotes de la mitad sur. Quien no tenga ganas de andar, puede subir en coche.

 

 

8) Torre del Pirata: Subir a la Torre del Pirata representa acceder al paisaje más increíble que puede ofrecer Ibiza: los islotes de Es Vedrá y Es Vedranell y la costa de Cala d’Hort. Al pie de la torre también se ubica Sa Pedrera de Cala d’Hort, una antigua cantera de arenisca que compone un lugar místico. La bajada es dura, pero inolvidable.

 

9) Pou des Lleó: El entorno de Pou des Lleó cuenta con innumerables atractivos. En primer lugar, la cala del mismo nombre y otras contiguas, como Sa Punta des Llaüts, con impresionantes monolitos de piedra en mitad del agua, o Es Canal d’en Martí. A corta distancia, la Torre d’en Valls, con el islote de Tagomago en el horizonte.

 

10) Sa Caleta: La península de Sa Caleta alberga los restos arqueológicos del poblado fenicio más antiguo de Ibiza, declarados Patrimonio de la Humanidad. Además, ofrece la posibilidad de visitar una auténtica cala de pescadores, la preciosa playa de Es Bol Nou, con sus acantilados de arcilla, y disfrutar de amplias vistas de Es Codolar.