Ahora que las lluvias, el viento y el cambio horario parecen haber borrado las últimas sensaciones de un verano no tan distante, la isla amanece cada día a medio gas. Muchas zonas turísticas se asemejan a pueblos fantasmas e inhóspitos. Es tiempo de que turistas y residentes convivan y disfruten de los mismos lugares. La oferta que se mantiene activa es menor,  pero suficiente si se conocen las distintas opciones. En este sentido, en Ibiza 5 Sentidos nos esforzamos para difundirla al máximo.

Desde un punto de vista gastronómico, el otoño y el invierno invitan a disfrutar de los platos contundentes de la gastronomía ibicenca. Hay unos cuántos restaurantes que ofrecen muchos de ellos en esta época. Estos lugares se merecen un homenaje, ya que lejos de tirar la toalla de la cuestión estacional, han logrado mantenerse todo el año brindándonos la posibilidad de seguir disfrutando ahora de la isla. De estre todos ellos, hoy merece la pena destacar estos diez:

1) Es Rebost de Can Prats: Todo un clásico de la gastronomía ibicenca en el centro de Sant Antoni. Además de los platos de fiesta típicos de la isla, como el sofrit pagès o el arroz de matançes, Es Rebost su varía su carta constantemente e incluye recetas caseras típicas del día a día en la Ibiza de antaño.

 

 

2) Can Pujol: Si encuentra buen pescado, Lluc Torres abre el restaurante llueva o truene, salvo los miércoles y el mes de diciembre, que se toma vacaciones. Qué fantástico disfrutar junto a la costa del bullit de peix, la gamba roja fresca, los arroces típicos o los pescados al horno, que Lluc borda en su cocina abierta al público.

 

3) Ca n’Alfredo: Imposible olvidarse de él en un ranking de restaurantes de Ibiza, ya que es uno de los más prestigiosos de la isla. Ca n’Alfredo ofrece los platos más famosos de la gastronomía típica de Ibiza, además de otros menos frecuentes que Juanito y su equipo van rescatando del antiguo recetario pitiuso.

 

4) Es Pins: Uno de los restaurantes más auténticos y vinculados a la tradición gastronómica ibicenca de la isla. En invierno, todos los miércoles, día de libranza, celebran la matanza del cerdo para aprovechar sus productos en el establecimiento. Platos de cuchara, guisos, recetas de fiesta y un pan casero que ya es mítico.

 

5) Yemanjà: Qué delicia, en los soleados días de invierno, saborear un arroz negro, un bullit de peix o un pescado al horno escuchando las olas romper contra los cantos rodados de la orilla de Es Jondal. El lugar es mágico a lo largo de las cuatro estaciones y su cocina, sabrosa. Todo un lujo para el invierno.

 

 

6) Ca na Pepeta: Xerret frito, ensalada de crostes, frito de la casa de sobrasada, palomo al horno, guisat de peix, arroz de matanza, arroz con palomo, sofrit pagès, parrillada de pescado… Esta casa payesa de la carretera de Sant Joan sigue ofreciendo recetas, tal y como se elaboraban en las viviendas rurales hace 100 años.

 

7) Fonda Pou des Lleó: Su bullit de peix es mítico y en temporada baja sigue pudiéndose disfrutar todos los fines de semana y días festivos. Arroces, marisco, pescados al horno… La Fonda mantiene viva la gastronomía ibicenca en la costa de Sant Carles y a ella acuden ibicencos de toda la isla para disfrutar sus sabores.

 

8) Ca’s Pagès: Esta amplia terraza de verano, situada en el jardín posterior de una vivienda familiar, traslada a su bodega interior sus platos de cocina ibicenca en temporada baja. Arroz de matançes, sofrit pagès, ensalada payesa y otros platos típicos permanecen en su carta a lo largo de todo el año.

 

 

9) Es Ventall: Clásico restaurante de cocina ibicenca de Sant Antoni donde saborear todo el año platos tradicionales como bullit de peix con arroz a banda, paella… José Miguel, el joven chef, sorprende a veces a sus comensales con platos vanguardistas que revisan las recetas de la abuela con una creatividad sorprendente.

 

 

10) Sa Caleta: Un auténtico chiringuito de playa, con un interior de madera y aire marinero de lo más acogedor en temporada baja. Como siempre, Pepín y Vicky ofrecen maravillosos platos de pescado a la manera tradicional, a escasos metros de una de las calas rodeadas de varaderos con más encanto de la isla.