Ahora que Ibiza está en pleno apogeo, con miles de personas de playa en playa, es probable que haya quien busque rincones solitarios e íntimos donde disfrutar del mar con la mayor soledad posible, sin chiringuitos, filas de hamacas y sombrillas, niños corriendo entre las toallas y adolescentes jugando a las palas como si les fuera la vida en ello. En la costa de Ibiza existen multitud de enclaves apacibles, aunque alcanzarlos, en ocasiones, implique largas caminatas o perderse por carreteras escasamente señalizadas. Ahí van mis diez rincones favoritos de estas características. En la ficha de cada uno de ellos se explica con claridad como alcanzarlos sin perderse. En todos los casos, hay que ir bien provisto de agua y víveres porque a su alrededor sólo existe naturaleza en estado puro.

1.- Es Portitxol: Precioso puerto de pescadores, situado entre la costa de Sant Mateu y Sant Miquel, con una sucesión de casetas varadero a ambas orillas y flanqueado por los cabos Rubió y Sa Galera. La caminata es larga, pero el sendero es plano y cómodo y el paisaje resulta sobrecogedor.

 

 

2.- Es Canaret: Playa solitaria de gran belleza en el entorno de Cala Xarraca. Da la sensación de ser una cala privada ya que está presidida por una gran mansión cuya torre se eleva sobre la misma orilla. La zona de las casetas varadero, sin embargo, es accesible para todo el mundo, gracias a un sendero de reciente creación.

 

3.- Pedrera de Cala d’Hort (Atlantis):Rocoso tramo de costa, al pie de la Torre des Savinar, que requiere de un largo descenso por una ladera de dunas. En la orilla se asienta una antigua cantera de arenisca, con un paisaje recortado de plataformas en las que se acumula agua de mar, formando lagunas de intenso color esmeralda.

 

4.- Cala Olivera: Para alcanzarla, hay que atravesar la urbanización Roca Llisa y conducir junto al campo de golf. Sin embargo, una vez la alcanzas, sientes que has encontrado una de las calas más recónditas de la costa este. El color del agua y la frondosa naturaleza que la envuelve hacen de ella un lugar muy especial.

 

5.- Punta Galera: La costa de Sa Galera está formada por plataformas planas de roca que permiten tumbarse al sol con absoluta comodidad, en un entorno muy tranquilo y poco frecuentado. Los acantilados que la envuelven, asimismo, conforman  un paisaje único.

 

 

6.- Cala Llentrisca: Preciosa cala de pescadores, accesible a pie por un sendero colgado sobre la costa. Suele estar muy tranquila y las aguas adquieren un intenso color turquesa intenso a un lado de la playa. Los aficionados al buceo a pulmón, encontrarán variedad de peces y densas praderas de posidonia.

 

 

7.- Cala d’Albarca: Una larga caminata de descenso junto a los acantilados de Corona permiten alcanzar este impresionante tramo de costa, dotado de rincones preciosos, puentes rocosos tallados por la naturaleza y cuevas profundas junto al mar.

 

 

8.- Ses Balandres:Frente a los islotes de Ses Margalides se alza una imponente pared vertical, donde la roca se pliega a capas. Para alcanzar la cala hay que descender por un empinado sendero, donde los pescadores de las casetas varadero han instalado cuerdas y escalinatas para facilitar el itinerario. Abajo, aguas cristalinas y un paisaje muy impactante.

 

9.- Port de Ses Caletes:Puerto de casetas varadero en el entorno de Sa Cala de San Vicent, con una orilla de grava tan transparente que puedes observar las grietas de los cantos rodados y cómo los peces los sortean. Casi siempre se encuentra en soledad.

 

 

10.- Sa Caixota: Cala situada en la costa de Es Cubells, siempre solitaria en parte porque hay que atravesar el control de la Urbanización Vista Alegre. Al final, una cala pedregosa y atractiva, con una zona de arena al final. Cuántas jornadas disfrutando sin compañía, en pleno agosto, a la sombra de sus rojos acantilados de arcilla.