No hay un momento del año en que Ibiza resplandezca con mayor intensidad que bajo la luz de la primavera. Las lluvias del invierno dejan relucientes los montes y siembran de flores los campos, haciendo que el embrujo del paisaje de Ibiza se vuelva aún más intenso. La isla ofrece mil y un paseos para costear por su belleza, pero estas diez rutas constituyen algunas de las mejores alternativas. Conviene emprenderlas a pie, despacio, permitiendo que la infinita amalgama de colores ibicencos disponga de tiempo suficiente para impregnar nuestra memoria.

Ses Torres d'en Lluc, en Sant Mateu (Foto: Xescu Prats)1) Ses Torres d’en Lluc: Esta excursión semidesconocida y sin señalizar constituye una de las sorpresas más interesantes del norte de la isla. No sólo permite disfrutar del abrupto paisaje de la costa de Sant Mateu, sino que además ofrece la posibilidad de contemplar unas ruinas arqueológicas de fundación desconocida y naturaleza mítica.

 

Capelleta d'en Serra, en Ibiza (Foto: Xescu Prats)

2) Capelleta d’en Serra: Este pequeño monumento, situado en la cima de un monte de Benimussa, fue construido por un ibicenco que regresó de la guerra de Argel. Hoy es lugar de peregrinación de muchos isleños. Asuntos de fe al margen, el paseo es precioso y las vistas del interior y de los estanques de Ses Salines, espectaculares.

 

Torre de Ses Portes, en Ses Salines (Foto: Xescu Prats)3) Torre de Ses Portes: Este monumento, construido para proteger a la isla de los Piratas en el paso de Es Freus, camino de Formentera, está ubicado en un verdadero paraíso. Hay que partir de la playa de Ses Salines y caminar junto a la orilla, a través de pequeñas calitas, hasta alcanzar la torre y las encantadoras casetas varadero a sus pies.

 

Es Broll de Buscastell, en Sant Antoni (Foto: Xescu Prats)4) Es Broll de Buscastell: En pocos lugares la Ibiza interior se vuelve tan cautivadora como en Es Broll de Buscastell. Los campos de cultivo, dispuesto en bancales junto a un torrente, cuentan con acequias y albercas de origen musulmán, por donde el agua corre a raudales. Un lugar tan inesperado como atípico que, sin duda, merece la pena.

 

Iglesia de Sant Llorenç de Balàfia (Foto: Xescu Prats)5) Balàfia: El poblado de Balàfia, en Sant Llorenç, constituye uno de los más bellos ejemplos de la arquitectura rural de Ibiza. La ruta, detallada en el cercano Centro de interpretación de Es Amunts, arranca en la iglesia, recorre el entorno de varias casas antiguas y desemboca en el Pou de Balàfia, lugar de danzas tradicionales.

 

Torre d'en Rovira, en Platges de Comte (Foto: Xescu Prats)6) Torre d’en Rovira: Pocos lugares existen en el mundo cuyo horizonte concentre tantos islotes y tan próximos como Platges de Comte. De esta playa maravillosa parte la ruta que, siguiendo la costa hacia Sant Antoni, desemboca en la Torre d’en Rovira. Las islas des Bosc, Ses Bledes, Sa Conillera y S’Espartar son todo un espectáculo.

 

Ses Feixes, en Ibiza ciudad (Foto: Xescu Prats)7) Ses Feixes: Detrás de la playa de Talamanca existe un camino que atraviesa el humedal de Ses Feixes. Esta antigua zona de cultivo, creada por los árabes para producir alimentos para la medina, representa una zona ideal para pasear y escuchar el canto de los pájaros. Es sorprendente hallar enclaves como éste, tan cerca de la ciudad.

 

Pont Vell del rio de Santa Eulària (Foto: Xescu Prats)8) Río de Santa Eulària: La Ribera del río de Santa Eulària, en su zona de desembocadura, constituye un paisaje sorprendente e inédito en Balears. Conviene empezar por el Centro de Interpretación Can Planetes para comprender su importancia histórica, pasar el Pont Vell y seguir hacia el mar hasta la Platja de Santa Eulària.

 

Paisaje de costa desde la torre de Balanzat (Foto: Xescu Prats)9) Torre de Balanzat: La Torre de Balanzat constituye una atalaya privilegiada sobre el Port de Sant Miquel, desde la que se divisa un importante tramo de la costa norte. Un paseo muy agradable que conviene completar con una visita a la cercana playa de Es Pas de S’Illa. A veces, la torre está abierta y se puede ascender a su corona.

 

Pla de Corona (Foto: Xescu Prats)10) Pla de Corona: Los ibicencos, con buen criterio, prescriben un paseo por el Pla de Corona en febrero, durante la floración de los almendros. Pero la llanura es un espectáculo también en primavera, con los frutales ya verdes, los campos llenos de flores y los siempre presentes islotes de Ses Margalides bajo los acantilados de Es Amunts.